Gefunden 71 Ergebnisse für: Distribución de tierras

  • David le dijo: "No temas, porque quiero favorecerte por amor a tu padre, Jonatán. Te devolveré las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa". (II Samuel 9, 7)

  • El rey le dijo: "¿Para qué tantas palabras? He decidido que tú y Sibá os repartáis las tierras". (II Samuel 19, 30)

  • El rey dijo al sacerdote Abiatar: "Vete a Anatot, a tus tierras, pues eres reo de muerte. No te doy hoy muerte porque has llevado el arca del Señor, Dios de mi padre, David, y porque tuviste parte en todas las tribulaciones de mi padre". (I Reyes 2, 26)

  • También al extranjero, que no es de tu pueblo Israel, si viene de tierras lejanas atraído por la fama de tu nombre, (I Reyes 8, 41)

  • Partieron de Madián, llegaron a Parán, tomaron de allí varios hombres y entraron en Egipto, al amparo del Faraón, rey de Egipto. Éste le dio casa, alimentos y tierras. (I Reyes 11, 18)

  • Es cierto, ¡oh Señor!, los reyes de Asiria han desolado los pueblos y sus tierras; (II Reyes 19, 17)

  • La distribución se hizo por suerte entre unos y otros, pues tanto los descendientes de Eleazar como los de Itamar tenían funcionarios sagrados y funcionarios de Dios. (I Crónicas 24, 5)

  • En cuanto a la distribución de los porteros: De los corajitas: Meselemías, hijo de Coré, de los hijos de Abiasaf. (I Crónicas 26, 1)

  • A Supín y a Josá les tocó la occidental con la puerta de Saléquet, sobre la calzada superior. Las puertas de guardia se correspondían. Distribución de las puertas de guardia: (I Crónicas 26, 16)

  • al frente de los obreros del campo, que labran las tierras, Ezrí, hijo de Quelub; (I Crónicas 27, 26)

  • con todo su reinado, sus hazañas y los sucesos referentes a él, a Israel y a todos los reinos de las tierras. (I Crónicas 29, 30)

  • También al extranjero, que no es de tu pueblo Israel, si viene de tierras lejanas atraído por la fama de tu nombre, la fuerza de tu mano y el poder de tu brazo a orar en este templo, (II Crónicas 6, 32)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina