Gefunden 462 Ergebnisse für: Hacía

  • La gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín sobre el cual estaba, y se dirigía hacia el umbral del templo. Llamó al hombre vestido de lino, que llevaba a la cintura la cartera de escribir, (Ezequiel 9, 3)

  • Después la gloria del Señor se elevó de encima del querubín hacia el umbral del templo, el cual se llenó de la nube, y el atrio quedó inundado del esplendor de la gloria del Señor. (Ezequiel 10, 4)

  • Al moverse giraban en los cuatro sentidos sin volverse en su dirección, porque se movían hacia el lado donde daba la cabeza, sin volverse en su dirección. (Ezequiel 10, 11)

  • y germinó y se hizo una vid desbordante, de poca altura; sus sarmientos tiraban hacia el águila y sus raíces estaban bajo ella. Se hizo una vid, echó ramas, multiplicó los sarmientos. (Ezequiel 17, 6)

  • Había también otra águila grande, de largas alas y espeso plumaje. Y he aquí que esta vid tendió sus raíces hacia ella, hacia ella alargó sus sarmientos, para que la regase más que la tierra donde estaba plantada. (Ezequiel 17, 7)

  • "Hijo de hombre, vuélvete a la derecha y pronuncia tu oráculo hacia el sur, profetiza contra el bosque de la región del Negueb. (Ezequiel 21, 2)

  • "Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Jerusalén, pronuncia tu oráculo contra su santuario y profetiza contra la tierra de Israel. (Ezequiel 21, 7)

  • Yo pondré fin a tu sensualidad y a las prostituciones comenzadas en Egipto. No levantarás más tus ojos hacia ellos, ni te volverás a acordar de Egipto. (Ezequiel 23, 27)

  • "Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los amonitas y profetiza contra ellos. (Ezequiel 25, 2)

  • "Hijo de hombre, porque Tiro se ha burlado de Jerusalén diciendo: ¡Ja, ja, ha sido rota la puerta de los pueblos! Se vuelve hacia mí, yo me enriquezco: ¡Está devastada!, (Ezequiel 26, 2)

  • "Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia Sidón y profetiza contra ella. (Ezequiel 28, 21)

  • Diles: Esto dice el Señor Dios: Coméis carne con sangre, alzáis los ojos hacia vuestros ídolos, derramáis sangre, ¿y vais a poseer el país? (Ezequiel 33, 25)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina