Gefunden 897 Ergebnisse für: Jerusalén

  • Cuando estuve en Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos me presentaron acusaciones contra él, pidiendo su condena. (Hechos 25, 15)

  • No sabiendo qué decisión tomar en tales cosas, le pregunté si quería ir a Jerusalén y ser allí juzgado de ellas. (Hechos 25, 20)

  • Festo dijo: "Rey Agripa y cuantos os encontráis aquí con nosotros: Aquí tenéis a este hombre; todos los judíos a una, tanto en Jerusalén como aquí, me han pedido a gritos su cabeza. (Hechos 25, 24)

  • Todos los judíos conocen bien cuál ha sido mi vida a partir de mi juventud, pues desde el principio he vivido en medio de mi pueblo, en Jerusalén. (Hechos 26, 4)

  • y lo hice, en efecto, en Jerusalén; con la autorización de los sumos sacerdotes, metí en la cárcel a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte. (Hechos 26, 10)

  • sino que, primero a los de Damasco, luego a los de Jerusalén y de todo el territorio de Judea y, por fin, a los paganos les he predicado que se arrepientan y se conviertan a Dios observando una conducta de arrepentimiento sincera. (Hechos 26, 20)

  • A los tres días Pablo convocó a los judíos principales; y, cuando estaban reunidos, les dijo: "Hermanos, sin haber hecho nada contra el pueblo o las costumbres de nuestros padres, he sido encarcelado en Jerusalén y entregado en manos de los romanos; (Hechos 28, 17)

  • con la fuerza de milagros y prodigios y con el poder del Espíritu Santo; de manera que desde Jerusalén en todas direcciones hasta Iliria he anunciado el evangelio de Cristo; (Romanos 15, 19)

  • Ahora me dirijo a Jerusalén para ayudar a aquellos hermanos. (Romanos 15, 25)

  • Macedonia y Acaya han hecho una colecta, y voy a llevársela a los hermanos pobres de Jerusalén. (Romanos 15, 26)

  • para que me vea libre de los incrédulos que hay en Judea y para que la ayuda que llevo a Jerusalén sea bien recibida por los hermanos. (Romanos 15, 31)

  • Cuando vaya, enviaré a Jerusalén con cartas de presentación a los que elijáis para llevar lo que hayáis recogido. (I Corintios 16, 3)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina