Gefunden 27 Ergebnisse für: Orgulloso

  • y la flor marchita de su orgulloso esplendor, que domina el fértil valle, será como el higo prematuro; el que lo ve, le echa mano y come. (Isaías 28, 4)

  • Conocemos el orgullo de Moab, el muy orgulloso; su soberbia, su arrogancia, su insolencia, la altivez de su corazón. (Jeremías 48, 29)

  • Este rey actuará a placer; se hará orgulloso hasta engreírse por encima de toda divinidad; dirá cosas monstruosas contra el Dios de los dioses y prosperará hasta que se haya agotado la cólera, porque lo que está decidido se cumplirá. (Daniel 11, 36)

  • Si tú te llamas judío, confías en la ley, estás orgulloso de tu Dios, (Romanos 2, 17)

  • Si Abrahán hubiera sido justificado por el cumplimiento de la ley, podría estar orgulloso, aunque nunca ante Dios. (Romanos 4, 2)

  • Bien, fueron cortadas por su incredulidad, y tú por la fe estás en pie. No seas orgulloso y ten mucho cuidado. (Romanos 11, 20)

  • Como creyente en Cristo Jesús, tengo motivos para estar orgulloso de mi servicio a Dios. (Romanos 15, 17)

  • El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; (I Corintios 13, 4)

  • Tengo gran confianza en vosotros, me siento orgulloso de vosotros, estoy lleno de consuelo y de alegría en medio de todas mis penalidades. (II Corintios 7, 4)

  • Y si a él le dije que estaba orgulloso de vosotros, no me habéis dejado en mal lugar; pues así como es verdad todo lo que os dije a vosotros, también lo es lo que le dije a él: que estoy orgulloso de vosotros. (II Corintios 7, 14)

  • Dadle pruebas de vuestro amor y demostradle ante las iglesias que tengo razón fundada para sentirme orgulloso de vosotros. (II Corintios 8, 24)

  • pues conozco vuestra buena voluntad, de la que me siento orgulloso ante los macedonios. Les he dicho que los de Acaya están dispuestos desde el año pasado, y esta buena disposición vuestra ha sido un estímulo para la mayoría. (II Corintios 9, 2)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina