Gefunden 240 Ergebnisse für: Tiendas del Encuentro

  • ¡Al hombre que procede de tal manera, sea el que sea, que el Señor lo extermine de las tiendas de Jacob y del número de aquellos que presentan ofrendas al Señor todopoderoso! (Malaquías 2, 12)

  • Al llegar a la orilla opuesta, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían del cementerio, tan furiosos que nadie podía pasar por aquel camino. (Mateo 8, 28)

  • El pueblo entero salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de allí. (Mateo 8, 34)

  • Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, qué bien se está aquí. Si quieres, hago aquí tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". (Mateo 17, 4)

  • "Entonces el reino de Dios será semejante a diez muchachas, que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. (Mateo 25, 1)

  • A medianoche se oyó un grito: Ya está ahí el esposo, salid a su encuentro. (Mateo 25, 6)

  • De pronto Jesús salió a su encuentro y les dijo: "Dios os guarde". Ellas se acercaron, se agarraron a sus pies y lo adoraron. (Mateo 28, 9)

  • y, al desembarcar, le salió al encuentro, del cementerio, un hombre poseído de espíritu impuro, (Marcos 5, 2)

  • Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". (Marcos 9, 5)

  • Al desembarcar, les salió al encuentro un hombre de la ciudad, poseído por demonios; desde hacía mucho tiempo andaba desnudo y no vivía en ninguna casa, sino en el cementerio. (Lucas 8, 27)

  • Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". No sabía lo que decía. (Lucas 9, 33)

  • Al día siguiente, al bajar del monte, la gente vino a su encuentro. (Lucas 9, 37)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina