Gefunden 44 Ergebnisse für: buey

  • Si uno da a otro en custodia un asno, un buey, una oveja o cualquier otro animal, y ese animal muere, se daña o es robado sin que nadie lo vea, (Exodo 22, 9)

  • Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno perdido, llévaselo. (Exodo 23, 4)

  • Seis días trabajarás, pero el séptimo descansarás, para que descansen también tu buey y tu asno y tengan un respiro el hijo de tu esclava y el emigrante. (Exodo 23, 12)

  • "Di a los israelitas: No comeréis grasa alguna, ni de buey ni de oveja ni de cabra. (Levítico 7, 23)

  • y la llevaron delante del Señor: seis carros cubiertos y doce bueyes, un carro por cada dos y un buey por cada uno de los príncipes, y la ofrecieron delante de la tienda. (Números 7, 3)

  • Moab dijo a los ancianos de Madián: "Esta muchedumbre va a devorar ahora nuestros contornos como devora un buey la hierba del campo". Era entonces rey de Moab Balac, hijo de Sipor, (Números 22, 4)

  • Pero el séptimo es descanso para el Señor, tu Dios: no harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el extranjero residente; de esta manera podrán descansar tu siervo y tu sierva lo mismo que tú. (Deuteronomio 5, 14)

  • No desearás a la mujer de tu prójimo, ni tampoco sus cosas: casas, campo, siervo o sierva, buey o asno, ni nada de cuanto a tu prójimo pertenece". (Deuteronomio 5, 21)

  • Éstos son los animales que podéis comer: el buey, la oveja, la cabra, (Deuteronomio 14, 4)

  • Si ves el buey o la oveja de tu prójimo que se han extraviado, no te desentiendas de ellos; llévaselos a tu hermano. (Deuteronomio 22, 1)

  • Si ves el asno de tu hermano o su buey caídos en el camino, no te desentiendas; ayúdale a levantarlos. (Deuteronomio 22, 4)

  • No ares con un buey y un asno uncidos juntos. (Deuteronomio 22, 10)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina