Gefunden 1245 Ergebnisse für: camino de vida

  • pues ha respondido a mi petición y se ha puesto rápidamente en camino hacia vosotros por su propia iniciativa. (II Corintios 8, 17)

  • Fue crucificado en razón de su flaqueza, pero ahora vive por el poder de Dios. Yo también participo de su debilidad y participaré, frente a vosotros, de su poderosa vida divina. (II Corintios 13, 4)

  • y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mí. Mi vida presente la vivo en la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas 2, 20)

  • Ibais bien. ¿Quién os cortó el camino de la sumisión a la verdad? (Gálatas 5, 7)

  • Porque el que siembra en su propia carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra en el espíritu, del espíritu cosechará la vida eterna. (Gálatas 6, 8)

  • nos dio vida juntamente con Cristo (pues habéis sido salvados por pura gracia) cuando estábamos muertos por el pecado, (Efesios 2, 5)

  • y su mente oscurecida, apartados de la vida de Dios por su ignorancia y la dureza de su corazón; (Efesios 4, 18)

  • debéis despojaros de vuestra vida pasada, del hombre viejo, corrompido por las concupiscencias engañosas, (Efesios 4, 22)

  • para que seáis felices y tengáis larga vida sobre la tierra. (Efesios 6, 3)

  • Con viva esperanza confío en que en nada seré defraudado, sino que con toda seguridad, como siempre, también ahora Jesucristo será glorificado en mi cuerpo, sea por la vida, sea por la muerte. (Filipenses 1, 20)

  • Pues para mí la vida es Cristo, y la muerte ganancia. (Filipenses 1, 21)

  • Os pido sobre todo que viváis una vida digna del evangelio de Cristo para que, sea que vaya y lo vea, sea que ausente lo oiga, perseveréis firmes en un mismo espíritu, luchando con una sola alma por la fe del evangelio, (Filipenses 1, 27)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina