Gefunden 34 Ergebnisse für: creado

  • Fuego y granizo, hambre y peste; todo fue creado para castigo. (Eclesiástico 39, 29)

  • Grande es el Señor, que lo ha creado, y cuya palabra apresura su carrera. (Eclesiástico 43, 5)

  • Nadie fue creado sobre la tierra semejante a Henoc, porque también él fue arrebatado de la tierra. (Eclesiástico 49, 14)

  • Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién ha creado todos estos astros, sino el que despliega en orden sus mesnadas y llama a cada uno por su nombre? Tanta es su fuerza, tan grande su poder que ninguno falta a su llamada. (Isaías 40, 26)

  • para que vean y sepan, consideren y conozcan todos que esto lo ha hecho la mano del Señor y lo ha creado el Santo de Israel. (Isaías 41, 20)

  • ¡Derramad, cielos, el rocío, y lluevan las nubes la victoria! Ábrase la tierra y produzca la salvación; brote también la justicia: yo, el Señor, lo he creado. (Isaías 45, 8)

  • Soy yo quien ha hecho la tierra, y en ella he creado al hombre; yo mismo con mis manos he extendido los cielos, y a todo su ejército doy órdenes. (Isaías 45, 12)

  • Pues yo he creado al herrero, que sopla el fuego de las brasas, y con su trabajo las armas produce; mas también al destructor para aniquilarlas. (Isaías 54, 16)

  • Porque no quiero discutir eternamente y estar por siempre airado, pues ante mí sucumbiría el espíritu y las almas que yo he creado. (Isaías 57, 16)

  • "Señor Dios, tú has creado el cielo y la tierra con tu gran fuerza y desplegando tu poder. ¡Nada hay imposible para ti! (Jeremías 32, 17)

  • En Edén, jardín de Dios, vivías. Innumerables piedras preciosas adornaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, carbunclo y esmeralda; de oro era el borde de tu manto, de oro las incrustaduras, todo a punto desde el día en que fuiste creado. (Ezequiel 28, 13)

  • Eras perfecto en tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta que apareció en ti la iniquidad. (Ezequiel 28, 15)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina