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  • A continuación se reseñan los jefes de las provincias que se establecieron en Jerusalén y en las ciudades de Judá. Los israelitas, sacerdotes, levitas, sirvientes del templo y los descendientes de los siervos de Salomón habitaban en sus ciudades, cada uno en su propiedad. (Nehemías 11, 3)

  • En Jerusalén se establecieron algunos de Judá y de Benjamín. De Judá: Atayas, hijo de Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo de Mahaleel, descendientes de Fares; (Nehemías 11, 4)

  • En total, los descendientes de Fares que se establecieron en Jerusalén eran cuatrocientos cincuenta y ocho hombres adultos. (Nehemías 11, 6)

  • El jefe de los levitas en Jerusalén era Uzí, hijo de Baní, hijo de Jasabías, hijo de Matanías, hijo de Micá, de los descendientes de Asaf, que eran cantores en el servicio del templo de Dios, (Nehemías 11, 22)

  • En tiempo de Zorobabel y de Nehemías todo Israel daba a los cantores y a los porteros las porciones correspondientes a sus necesidades diarias; daba también a los levitas la parte que les correspondía, y los levitas pasaban su parte a los descendientes de Aarón. (Nehemías 12, 47)

  • Historia de Tobit, hijo de Tobiel, hijo de Ananiel, hijo de Aduel, hijo de Gabael, descendientes de Asiel, de la tribu de Neftalí, (Tobías 1, 1)

  • y se lo entregaba a los sacerdotes, descendientes de Aarón, para el altar. A los levitas, que prestan sus servicios en Jerusalén, les entregaba la décima parte del trigo, del vino y del aceite, de las granadas, de los higos y de los otros frutos de los árboles. Otra décima parte la hacía dinero y lo distribuía cada año en Jerusalén. (Tobías 1, 7)

  • Hijo mío, guárdate de toda inmoralidad, y ante todo elige una mujer de la raza de tus padres. No te cases con mujer extranjera, o que no sea de la raza de tus padres, pues somos descendientes de los profetas. Recuerda, hijo mío, que Noé, Abrahán, Isaac y Jacob, nuestros padres, se casaron con mujeres de su parentela y fueron bendecidos en sus hijos y su posteridad heredó la tierra. (Tobías 4, 12)

  • Se unieron a él todos los habitantes de la montaña, los de las riberas del Éufrates, del Tigris y del Hidaspes, y los vasallos de Arioc, rey de Elán; eran, pues, muchos los pueblos alistados contra los descendientes de Jeleud. (Judit 1, 6)

  • que dispersaría a sus descendientes por todos los países y los esparciría entre todos los gentiles. (Salmos 106, 27)

  • que sus descendientes sean exterminados, que en una generación sea borrado su nombre; (Salmos 109, 13)

  • Judas declaró entonces la guerra a los descendientes de Esaú en Idumea, en Acrabatene, porque asediaban a los israelitas. Les infligió una fuerte derrota, los humilló y se apoderó de su botín. (I Macabeos 5, 3)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina