Gefunden 506 Ergebnisse für: gran aflicción

  • El Señor los dispersó ante Israel y les infligió una gran derrota en Gabaón; los persiguió en dirección de la bajada de Bejorón y los derrotó hasta Azeca y hasta Maqueda. (Josué 10, 10)

  • Cuando llegaron a las regiones del Jordán, todavía en tierra cananea, levantaron allí un altar junto al Jordán, un altar de gran apariencia. (Josué 22, 10)

  • Y escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Tomó después una gran piedra y la levantó allí, debajo de la encina que había en el santuario del Señor. (Josué 24, 26)

  • Los israelitas se vieron reducidos a gran miseria por causa de Madián, y clamaron al Señor. (Jueces 6, 6)

  • ellos salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva y organizaron una gran fiesta; entraron en el templo de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec. (Jueces 9, 27)

  • Quitaron de en medio de ellos los dioses extranjeros y adoraron al Señor. Y él no pudo soportar por más tiempo la aflicción de Israel. (Jueces 10, 16)

  • Los derrotó desde Aroer hasta Minit, veinte ciudades, y hasta Abel Keramín. Fue una gran derrota, y los israelitas dominaron a los amonitas. (Jueces 11, 33)

  • Devorado por la sed, clamó al Señor: "Tú me has dado esta gran victoria, ¿y ahora me voy a morir de sed y a caer en manos de esos incircuncisos?". (Jueces 15, 18)

  • Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a Dagón, su dios, y celebrar su triunfo; y decían: "Nuestro dios ha puesto en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo". (Jueces 16, 23)

  • El pueblo fue a Betel y estuvo allí hasta la tarde ante Dios, levantando su voz y haciendo gran llanto, y decían: (Jueces 21, 2)

  • En los días en que gobernaban los jueces hubo una gran carestía en Palestina, y un hombre de Belén de Judá emigró al país de Moab con su mujer y sus dos hijos. (Rut 1, 1)

  • y le hizo esta promesa: "¡Oh Señor todopoderoso!, si quieres mirar la aflicción de tu sierva, te acuerdas de mí y me das un hijo varón, yo lo consagraré al Señor por todos los días de su vida, y la navaja no pasará por su cabeza". (I Samuel 1, 11)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina