Gefunden 72 Ergebnisse für: historia judía

  • Fortificó las ciudades de Judea y de Bet Sur, villa fronteriza de Judea, donde antes se encontraban las fuerzas enemigas, y destacó allí una guarnición judía. (I Macabeos 14, 33)

  • la siguiente carta: "El rey Antíoco a Simón, sumo sacerdote y jefe, y a la nación judía, salud. (I Macabeos 15, 2)

  • El resto de la historia de Juan, sus batallas, las gestas llevadas a cabo, los muros que construyó y otras empresas suyas, (I Macabeos 16, 23)

  • La historia de Judas Macabeo y de sus hermanos, la purificación del templo glorioso y la dedicación del altar, (II Macabeos 2, 19)

  • Teniendo presente la cantidad de números y la dificultad que entraña la amplitud de la materia para aquellos que quieren ceñirse al estudio de la historia, (II Macabeos 2, 24)

  • Vamos, pues, a empezar la narración. Baste lo dicho como introducción, pues sería una necedad ser prolijos en el prólogo de la historia, y después ser breves en la historia misma. (II Macabeos 2, 32)

  • Tolomeo designó a Nicanor, hijo de Patroclo, de los primeros amigos del rey; puso a sus órdenes más de veinte mil soldados de diversas naciones y le dio la orden de exterminar a toda la raza judía. Puso a su lado a Gorgias, caudillo militar que tenía experiencia en los asuntos de guerra. (II Macabeos 8, 9)

  • Ésta fue la historia de Nicanor. Como desde aquellos días la ciudad ha estado en poder de los hebreos, también yo pondré fin a mi obra. (II Macabeos 15, 38)

  • Hagamos el elogio de los hombres ilustres, de nuestros antepasados en la historia. (Eclesiástico 44, 1)

  • Estaba cerca la fiesta judía de los tabernáculos. (Juan 7, 2)

  • Llegó a Derbe y luego a Listra, donde había un discípulo llamado Timoteo, hijo de una judía creyente y de padre griego. (Hechos 16, 1)

  • Unos días después vino Félix con Drusila, su mujer, que era judía, llamó a Pablo y le escuchó acerca de la fe en Cristo Jesús. (Hechos 24, 24)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina