Gefunden 969 Ergebnisse für: lamento de David

  • Refirieron a los ministros del rey y a las fuerzas estacionadas en Jerusalén, ciudad de David, que algunos hombres, transgresores de la orden del rey, se habían refugiado en el desierto. (I Macabeos 2, 31)

  • David, por su piedad, heredó el trono de un reino eterno. (I Macabeos 2, 57)

  • A la vista de un ejército tan temible, oró así: "Bendito seas tú, oh Salvador de Israel, que quebrantaste la fortaleza de un gigante por medio de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos a Jonatán, hijo de Saúl, y a su escudero. (I Macabeos 4, 30)

  • Cayeron cerca de quinientos hombres de los de Nicanor, y el resto huyó a la ciudad de David. (I Macabeos 7, 32)

  • A sus órdenes los judíos consiguieron expulsar a los paganos de los territorios ocupados, especialmente de la ciudad de David, Jerusalén, donde habían construido una ciudadela, de la que salían profanando los aledaños del templo e infligiendo graves ofensas a su santidad. (I Macabeos 14, 36)

  • Todo esto se lee también en los anales y en las memorias de Nehemías; además se dice que reunió una biblioteca y que puso en ella los libros de los reyes, los escritos de los profetas, los de David y las cartas de los reyes relativas a las ofrendas. (II Macabeos 2, 13)

  • Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel. (Proverbios 1, 1)

  • Palabras de Qohélet, hijo de David, rey de Jerusalén. (Eclesiastés 1, 1)

  • Como torre de David tu cuello, edificada como fortaleza; mil escudos de ella penden, todos los paveses de los héroes. (Cantar 4, 4)

  • También hizo Dios un pacto con David, hijo de Jesé, de la tribu de Judá. La sucesión real pasa sólo a uno de sus hijos, mientras que la herencia de Aarón pasa a toda su posteridad. (Eclesiástico 45, 25)

  • Después de él se levantó Natán para profetizar en los días de David. (Eclesiástico 47, 1)

  • Como se separa el sebo en el sacrificio de reconciliación, así fue David separado de los israelitas. (Eclesiástico 47, 2)


“Comunguemos com santo temor e com grande amor.” São Padre Pio de Pietrelcina