Gefunden 2454 Ergebnisse für: pueblo de Judá

  • al oír hablar del amor y de la fe que profesas a Jesús, el Señor, y a todo el pueblo de Dios. (Filemon 1, 5)

  • Por lo cual debió hacerse en todo semejante a sus hermanos, para convertirse en sumo sacerdote misericordioso y fiel ante Dios, para alcanzar el perdón de los pecados del pueblo. (Hebreos 2, 17)

  • Por eso, hermanos, miembros del pueblo de Dios, partícipes de una vocación celeste, considerad al apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos, a Jesús, (Hebreos 3, 1)

  • Existe, pues, un reposo reservado para el pueblo de Dios; (Hebreos 4, 9)

  • por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus pecados, así como lo hace por los del pueblo. (Hebreos 5, 3)

  • Aquellos que de la tribu de Leví reciben el sacerdocio tienen el mandato, según la ley, de exigir la décima parte de todo al pueblo, es decir, a sus hermanos, aunque también ellos pertenezcan a la posteridad de Abrahán; (Hebreos 7, 5)

  • Por consiguiente, si la perfección hubiese sido realizada por el sacerdocio levítico -ya que por su medio el pueblo recibió la ley-, ¿qué necesidad habría entonces de que surgiese otro sacerdote a la manera de Melquisedec, y que no lo fuese según el orden de Aarón? (Hebreos 7, 11)

  • porque es sabido que nuestro Señor nació de la tribu de Judá, la cual no es mencionada por Moisés al tratar de los sacerdotes. (Hebreos 7, 14)

  • que no necesita diariamente, como los sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios primero por sus propios pecados y después por los del pueblo. Esto lo hizo él de una vez para siempre cuando se ofreció a sí mismo. (Hebreos 7, 27)

  • Sin embargo, les dice en tono de recriminación: Vienen días dice el Señor, en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva, (Hebreos 8, 8)

  • Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor. Pondré mis leyes en su mente, las escribiré en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (Hebreos 8, 10)

  • En la segunda, por el contrario, entra solamente el sumo sacerdote una vez al año, y provisto de sangre, que ofrece por sus pecados y por los del pueblo. (Hebreos 9, 7)


“Quando o dia seguinte chegar, ele também será chamado de hoje e, então, você pensará nele. Tenha sempre muita confiança na Divina Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina