Gefunden 136 Ergebnisse für: salieron

  • A su encuentro salieron el mayordomo de palacio, Eliaquín, hijo de Jelcías; el secretario Sebná y el heraldo Yoaj, hijo de Asaf. (Isaías 36, 3)

  • Las cosas pasadas las anuncié yo mucho antes, de mi boca salieron y las proclamé; de pronto he actuado, y se han verificado. (Isaías 48, 3)

  • Desde el día en que vuestros padres salieron de Egipto hasta el presente, os he mandado continuamente a mis siervos, los profetas. (Jeremías 7, 25)

  • Pero las tropas de los caldeos salieron en su persecución y alcanzaron a Sedecías en las estepas de Jericó. Lo prendieron y lo llevaron a Ribla, en el país de Jamot, ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual le anunció sus decisiones. (Jeremías 39, 5)

  • abrieron una brecha en el muro de la ciudad, y el rey y todos los hombres de guerra salieron huyendo durante la noche por el camino de la puerta situada entre los dos muros, junto al jardín del rey -los caldeos cercaban la ciudad-, y tomaron el camino de la Arabá. (Jeremías 52, 7)

  • Salieron de ti marchando a pie, llevados por los enemigos, pero el Señor te los devuelve traídos con honor, como en un trono real. (Baruc 5, 6)

  • Después les dijo: "Profanad el templo y llenad de muertos los atrios. Y ahora salid". Salieron y comenzaron a herir por la ciudad. (Ezequiel 9, 7)

  • A su caza salieron las gentes de las regiones circundantes, tendieron contra él una red y en su fosa quedó preso. (Ezequiel 19, 8)

  • Después Nabucodonosor se acercó a la boca del horno de fuego ardiente y dijo: "¡Sidrac, Misac y Abdénago, siervos del Dios altísimo, salid fuera y venid aquí!". Sidrac, Misac y Abdénago salieron del fuego. (Daniel 3, 93)

  • En cuanto salieron las doncellas, los dos viejos se levantaron, fueron corriendo donde ella (Daniel 13, 19)

  • A aquellos gritos los criados salieron rápidamente al jardín por la puerta lateral para ver qué había sucedido. (Daniel 13, 26)

  • Una vez que salieron, el rey hizo depositar las viandas delante de Bel. (Daniel 14, 13)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina