Gefunden 36 Ergebnisse für: toros

  • ¿Es que voy a comer la carne de los toros o a beber la sangre de los machos cabríos? (Salmos 50, 13)

  • Te ofreceré pingües holocaustos, con la fragancia de carneros, te ofreceré toros y cabritos. (Salmos 66, 15)

  • Amenaza a la bestia de los cañaverales, a la manada de toros dominadores de los pueblos; que vengan a rendirse con lingotes de plata; dispersa a las naciones que se complacen en la guerra. (Salmos 68, 31)

  • Donde no hay bueyes el granero está vacío, cosecha abundante con toros robustos. (Proverbios 14, 4)

  • Caen con ellos los búfalos, los bueyes junto con los toros; su tierra está borracha de sangre, su suelo empapado de grasa, (Isaías 34, 7)

  • Degollad todos sus toros, bajen al matadero. ¡Ay de ellos, que ha llegado su día, la hora de su castigo! (Jeremías 50, 27)

  • Carne de héroes comeréis, sangre de príncipes de la tierra beberéis. Carneros, corderos, machos cabríos, terneros, pingües toros de Basán. (Ezequiel 39, 18)

  • acéptalos como holocausto de carneros y toros, de millares de corderos cebados. Tal sea hoy nuestro sacrificio ante ti para agradarte, pues no quedan defraudados quienes ponen en ti su confianza. (Daniel 3, 40)

  • Fue expulsado de la sociedad de los hombres; su corazón fue hecho semejante al de las bestias y fue a convivir con los asnos salvajes; se le dio de comer hierba como a los toros, y su cuerpo se humedeció con rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios altísimo tiene poder sobre el imperio de los hombres y pone en él a quien quiere. (Daniel 5, 21)

  • Galaad es sólo mentira. En Guilgal inmolan toros; por eso sus altares serán reducidos a montones de piedras sobre los surcos de los campos. (Oseas 12, 12)

  • El sacerdote de Júpiter, que estaba a la entrada de la ciudad, llevó toros adornados con guirnaldas ante las puertas, y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. (Hechos 14, 13)

  • porque es imposible que la sangre de toros y machos cabríos quite los pecados. (Hebreos 10, 4)


“Deus nunca me recusou um pedido”. São Padre Pio de Pietrelcina