7. Y no es necesario, para comprobar todo esto, acudir a las antiguas historias que acabamos de mencionar, sino que basta con observar lo que en nuestra misma presencia lleva a cabo la pestilente ralea de los que indignamente detentan el poder.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina