33. Entonces el tribuno se acercó, le prendió y mandó que le atasen con dos cadenas; y empezó a preguntar quién era y qué había hecho.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina