25. Sábelo, pues, y entiéndelo bien: Desde que se dio la orden de restaurar Jerusalén hasta que surja un príncipe ungido, habrá siete semanas. Durante sesenta y dos semanas, plaza y muros serán restaurados en medio de la angustia de los tiempos.





“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina