8. Al soplo de tu cólera se agolparon las aguas, se irguieron cual pilares las corrientes; se cuajaron los abismos en medio de la mar.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina