25. Lo recoges luego de sus manos y lo quemas sobre el altar, sobre el holocausto, en olor agradable ante el Señor. Es un sacrificio de fuego en honor del Señor.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina