27. Tus riquezas, tus mercancías y tus fletes, tus marineros, tus pilotos, tus calafates, tus agentes comerciales, todos los guerreros que en ti van y la multitud inmensa que transportas se hundirán en el corazón de los mares el día de tu caída.





“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina