30. Pero los judíos que vivían allí dieron garantías de la simpatía de los escitopolitanos para con los judíos y de que, en los días de desgracia, habían tenido con ellos muchas deferencias.





“Meu Deus, perdoa-me. Nunca Te ofereci nada na minha vida e, agora, por este pouco que estou sofrendo, em comparação a tudo o que Tu sofreste na Cruz, eu reclamo injustamente!” São Padre Pio de Pietrelcina