35. Heliodoro, después de ofrecer un sacrificio al Señor y desear mucha prosperidad a aquel que le había concedido la vida, se despidió de Onías y se volvió con sus tropas a la corte del rey.





“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina