11. Cuando veían que en la caja había mucho dinero, el secretario real y el sumo sacerdote la vaciaban y contaban el dinero encontrado en el templo del Señor.





“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina