23. Pero él no quiso apartarse, y Abner le golpeó en el vientre con la culata de la lanza, y la lanza le salió por detrás. Cayó allí mismo y murió instantáneamente. Todos los que llegaban al lugar donde Asael había caído y había muerto se detenían.





“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina