33. Todo Israel, sus ancianos, sus funcionarios y sus jueces, estaban en pie a los dos lados del arca ante los sacerdotes y levitas que llevaban el arca de la alianza del Señor; tanto los extranjeros como los ciudadanos se colocaron la mitad del lado del monte Garizín y la otra mitad del lado del monte Ebal, como Moisés, siervo del Señor, había mandado, cuando bendijo por primera vez al pueblo de Israel.





“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina