5. Es para que los israelitas presenten al sacerdote, delante del Señor, a la entrada de la tienda de la reunión, las víctimas que querrían inmolar en el campo, para ofrecerlas al Señor como sacrificio de reconciliación.





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina