6. El sacerdote derramará la sangre sobre el altar del Señor a la entrada de la tienda de la reunión y quemará las grasas en perfume agradable al Señor.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina