Salmos, 40
13. me asaltan desgracias incontables, me asedian mis culpas y ya no puedo ver; son más que los pelos de mi cabeza, y el corazón me falla.
13. me asaltan desgracias incontables, me asedian mis culpas y ya no puedo ver; son más que los pelos de mi cabeza, y el corazón me falla.
“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina