14. Uno de sus servidores le avisó a Abigail, la esposa de Nabal: "Mira que David envió a unos emisarios desde el desierto, para saludar a nuestro patrón, y él se abalanzó sobre ellos.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina