27. Ellos luchaban con sus manos, y con el corazón oraban a Dios. Así abatieron a no menos de treinta y cinco mil hombres, y se regocijaron por la visible intervención de Dios.





“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina