II Samuel, 19
4. Aquel día, el ejército entró furtivamente en la ciudad, como lo hubiera hecho un ejército avergonzado por haber huido del combate.
4. Aquel día, el ejército entró furtivamente en la ciudad, como lo hubiera hecho un ejército avergonzado por haber huido del combate.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina