6. Cuando Meribaal, hijo de Jonatán, se presentó ante David, cayó con el rostro en tierra y se postró. David le dijo: "¡Meribaal!". "Aquí estoy, para servirte", respondió él.





“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina