Isaías, 2
22. ¡Dejen entonces al hombre que sólo tiene aliento en sus narices! ¿En qué se lo puede estimar?
22. ¡Dejen entonces al hombre que sólo tiene aliento en sus narices! ¿En qué se lo puede estimar?
“Reze, reze! Quem muito reza se salva e salva os outros. E qual oração pode ser mais bela e mais aceita a Nossa Senhora do que o Rosario?” São Padre Pio de Pietrelcina