27. Pero a mí, tu servidor, al sacerdote Sadoc, a Banaías, hijo de Yoyada, y a tu hijo Salomón no nos invitó. ¿Será posible que esto se haya hecho con el consentimiento del rey, sin que tú hubieras comunicado antes quién te sucedería en el trono?»





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina