44. Pero no desaparecieron los santuarios de las lomas y el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y perfumes en ellos.





“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina