4. Pero los jefes de los filisteos se enojaron con él y le dijeron: «Despide a ese hombre y que regrese al lugar que le señalaste. Que no vaya al combate con nosotros, no sea que durante la lucha se vuelva en contra nuestra. Pues ¿qué mejor ocasión que ésta para que él recupere la amistad de su amo, presentándole las cabezas de nuestros hombres?





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina