10. Me acerqué, pues, a él y le quité la vida, puesto que yo sabía que no podría sobrevivir a su caída. Después le saqué la corona que llevaba en su cabeza y la pulsera que tenía en la muñeca, y te los traje a ti, mi señor.»





“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina