3. Es preciso, pues, que creamos, si queremos entrar en el lugar de descanso recién mencionado: Por eso me enojé y declaré con juramento: No entrarán jamás en mi lugar de descanso. Aquí se trata del descanso de Dios después de la creación del mundo.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina