3. «En el primer año de su reinado, el rey Ciro ha dado esta ordenanza referente a la Casa de Dios que está en Jerusalén: Que se pongan los cimientos de la casa y que la levanten con el fin de ofrecer en ella sacrificios. Dicha Casa tendrá treinta metros de alto y treinta de ancho,





“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina