11. Moisés suplicó a Yavé, su Dios, con estas palabras: «Oh Yavé, ¿cómo podrías enojarte con tu pueblo, después de todos los prodigios que hiciste para sacarlo de Egipto?





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina