7. Ejecuté pues la orden que había recibido. Arreglé durante el día mi equipaje de exiliado, y al atardecer hice con mi mano un hoyo en la muralla, luego salí de noche en presencia de ellos, después de haberme echado mi fardo al hombro.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina