7. Los ancianos de Moab partieron pues junto con los de Madián, con las manos llenas de regalos para el adivino, y llegaron a la casa de Balaam. Cuando le transmitieron las palabras de Balac,





“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina