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  • Y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues la Escritura dice: Dios dará ordenes a sus ángeles y te llevarán en sus manos para que tus pies no tropiecen en piedra alguna.» (Evangelio según San Mateo 4, 6)

  • Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles a servirle. (Evangelio según San Mateo 4, 11)

  • El enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. (Evangelio según San Mateo 13, 39)

  • El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles; éstos recogerán de su Reino todos los escándalos y también los que obraban el mal, (Evangelio según San Mateo 13, 41)

  • Así pasará al final de los tiempos: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los buenos, (Evangelio según San Mateo 13, 49)

  • Sepan que el Hijo del Hombre vendrá con la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta. (Evangelio según San Mateo 16, 27)

  • Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo se lo digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre del Cielo. (Evangelio según San Mateo 18, 10)

  • Primeramente, en la resurrección no se toma mujer ni esposo, sino que son como ángeles en el Cielo. (Evangelio según San Mateo 22, 30)

  • Enviará a sus ángeles, que tocarán la trompeta y reunirán a los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del mundo. (Evangelio según San Mateo 24, 31)

  • Por lo que se refiere a ese Día y cuándo vendrá, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles de Dios, ni aun el Hijo, sino solamente el Padre. (Evangelio según San Mateo 24, 36)

  • Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de Gloria, que es suyo. (Evangelio según San Mateo 25, 31)

  • Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! (Evangelio según San Mateo 25, 41)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.”(Pe Pio) São Padre Pio de Pietrelcina