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Como el rey le preguntaba qué iba a hacer con eso, respondió: «Los burros son para que monte en ellos la familia del rey; el pan y las frutas, para que se alimenten los jóvenes; el vino, para que beban los que se cansen en el desierto.» (2 Samuel 16, 2)
Se habían retirado, pues, al anochecer, para salvarse, abandonando sus tiendas de campaña, caballos y burros, dejando el campamento tal como estaba. (2 Reyes 7, 7)
Al llegar llamaron a los guardias de la ciudad, diciéndoles: «Hemos ido al campamento y no hay nadie, ninguna huella de hombre, sólo los caballos y burros atados y las tiendas sin tocar.» (2 Reyes 7, 10)
Capturaron sus ganados: sus camellos, en número de 50.000, 250.000 ovejas, 2.000 burros y 100.000 personas, pues (1 Crónicas 5, 21)
Además, de los pueblos vecinos e incluso de Isacar, Zabulón y Neftalí, traían comida, en burros, camellos, mulos y bueyes; provisiones de harina, tortas de higo y pasas, vino, aceite, ganado mayor y menor en abundancia, pues reinaba la alegría en Israel. (1 Crónicas 12, 41)
Se levantaron los hombres antes mencionados, reanimaron a los prisioneros y vistieron con prendas tomadas del botín a todos los que estaban desnudos, dándoles además calzado. Les dieron de comer y beber y los lavaron; transportando en burros a todos los que estaban más débiles, los llevaron a la frontera de su patria, a Jericó, ciudad de las Palmeras, y luego se volvieron a Samaria. (2 Crónicas 28, 15)
Tenían 736 caballos, 245 mulos, 435 camellos y 6.720 burros. (Esdras 2, 66)
En aquellos días encontré a hombres de Judá que trabajaban en el lagar el día sábado. Otros traían haces de trigo y los cargaban sobre sus burros. Igualmente cargaban vino, uvas, higos y toda clase de productos que hacían entrar en Jerusalén el día sábado. Yo los fui a reprender mientras vendían sus mercaderías. (Nehemías 13, 15)
Entonces Ragüel le entregó a su esposa Sara y la mitad de todos sus bienes: bueyes, carneros, burros, camellos, ropas, plata y utensilios, (Tobías 10, 10)
Tomó gran número de camellos, burros y mulas para el equipaje (Judit 2, 16)
Como los burros salvajes en el desierto, salen desde la mañana a buscar su alimento, y a la noche no tienen pan para sus hijos. (Job 24, 5)
calman la sed de todos los animales; allí extinguen su sed los burros salvajes. (Salmos 104, 11)