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He decidido entregar a Jerusalén en manos del rey de Babel.» (Jeremías 38, 3)
Y todos los que han decidido irse a Egipto para residir allí, morirán a espada, de hambre y de peste; y nadie escapará con vida de esa catástrofe que les voy a mandar. (Jeremías 42, 17)
pues nosotros continuaremos haciendo lo que hemos decidido: ofreceremos incienso a la reina del cielo y derramaremos vino en su honor como lo hacíamos nosotros, nuestros padres, nuestros reyes y príncipes en las ciudades de Judá y en los barrios de Jerusalén. Entonces teníamos harto pan, éramos felices y en todo nos iba bien. (Jeremías 44, 17)
Así, pues, escuchen lo que ha decidido hacer Yavé con Babilonia y lo que piensa realizar en el país de los caldeos: sí, hasta las ovejas más pequeñas serán llevadas a la rastra, y, al verlo, el rebaño temblará de miedo. (Jeremías 50, 45)
Por eso Yavé les dice: Yo, a mi vez, me vuelvo contra ti; cumpliré dentro de ti, viéndolo las naciones, lo que he decidido. (Ezequiel 5, 8)
El castigo está decidido -palabra de Yavé. (Ezequiel 21, 18)
El rey respondió a sus magos: «No olviden lo que tengo decidido. Si no me dan a conocer el sueño y su interpretación, sus cuerpos serán destrozados y sus casas destruidas. (Daniel 2, 5)
Pues bien me estoy fijando en ese reino pecador de Israel, decidido a exterminarlo de la tierra. Sin embargo no exterminaré totalmente la casa de Jacob, dice Yavé. (Amós 9, 8)
así también ahora, cambiando de parecer, he decidido tratar bien a Jerusalén y a la gente de Judá. No teman, pues. (Zacarías 8, 15)
«Aprendan algo sobre el Reino de los Cielos. Un rey había decidido arreglar cuentas con sus empleados, (Evangelio según San Mateo 18, 23)
Tanto que si el Señor no acortara esos días, nadie se salvaría. Pero él ha decidido acortar esos días en consideración a sus elegidos. (Evangelio según San Marcos 13, 20)
Los padres contestaron así por miedo a los judíos, pues éstos habían decidido expulsar de sus comunidades a los que reconocieran a Jesús como el Mesías. (Evangelio según San Juan 9, 22)