Found 65 Results for: Hagas

  • No me hagas caer en el susto, tú, que eres mi refugio en el tiempo malo. (Jeremías 17, 17)

  • «Tómalo y cuídalo, no le hagas ningún daño, sino que has de tratarlo como él te pida.» (Jeremías 39, 12)

  • Mas Godolías, hijo de Ajigam, le contestó a Joanán, hijo de Carea: «No hagas eso, porque no es cierto lo que dices de Ismael.» (Jeremías 40, 16)

  • El miedo que metías y la soberbia de tu corazón te han engañado a ti que vives en el hueco de La Roca, y te cuelgas de la cumbre más alta. Aunque hagas tu nido tan alto como un águila, desde allí te tiraré abajo, dice Yavé. (Jeremías 49, 16)

  • Por eso, rey, acepta mi consejo: borra tus pecados con obras de justicia y tus maldades demostrando misericordia con los pobres; tal vez hagas durar tu prosperidad con esto. (Daniel 4, 24)

  • No te alegres de la ruina de tu hermano en el día de su desgracia. No hagas burla de los hijos de Judá en el día de su angustia, no te rías de su miseria. (Abdías 1, 12)

  • Entonces invocaron a Yavé y le dijeron: «Oh Yavé, no nos hagas perecer a todos por causa de este hombre, ni nos consideres culpables de su muerte, ya que tú, Yavé, has obrado todo según deseabas.» (Jonás 1, 14)

  • ¿Hasta cuándo, Yavé, te pediré socorro sin que tú me hagas caso, y te recordaré la opresión sin que tú salves? (Habacuc 1, 2)

  • Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara y perfúmate el cabello. (Evangelio según San Mateo 6, 17)

  • Llegaron donde Jesús y le rogaron insistentemente, diciéndole: «Este hombre se merece que le hagas este favor, (Evangelio según San Lucas 7, 4)

  • pero Pablo le gritó: «No te hagas daño, que estamos todos aquí.» (Hecho de los Apóstoles 16, 28)

  • Por eso debes estar siempre alerta. No hagas caso de tus propias penas; dedícate a tu trabajo de evangelizador; cumple bien tu ministerio. (2º Carta a Timoteo 4, 5)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina