Found 396 Results for: Hermano

  • Por ti estoy apenado, Jonatán, hermano mío, por ti, a quien tanto yo quería. Tu amistad era para mí más maravillosa que el amor de las mujeres. (2 Samuel 1, 26)

  • Pero Asael no quiso apartarse. Abner repitió a Asael: «Apártate de mí para que no te mate. Pues, ¿cómo podría después reconciliarme con tu hermano Joab?» (2 Samuel 2, 22)

  • Joab respondió: «Vive Yavé, que si no hubieras hablado, mi gente no habría dejado hasta mañana de perseguir cada uno a su hermano.» (2 Samuel 2, 27)

  • Abner, entonces, volvió a Hebrón. A la entrada de la ciudad, Joab lo llevó aparte, como para hablarle confidencialmente, y allí lo hirió mortalmente en el estómago, para vengar así la muerte de su hermano Asael. (2 Samuel 3, 27)

  • Así, Joab y su hermano Abisaí dieron muerte a Abner porque éste había muerto a su hermano Asael, en el combate de Gabaón. (2 Samuel 3, 30)

  • Recab y su hermano Baamá entraron, pues, sin ser vistos al dormitorio de la casa donde Isbaal estaba acostado. Lo golpearon mortalmente, le cortaron la cabeza y caminaron toda la noche por la ruta de Arabá. (2 Samuel 4, 7)

  • David respondió a Recab y a su hermano Baamá, hijos de Rimón de Beerot: «Vive Yavé, que ha salvado mi vida de todo peligro. (2 Samuel 4, 9)

  • y confió a su hermano Abisaí el resto del ejército para hacerles frente a los amonitas. (2 Samuel 10, 10)

  • Amnón tenía un amigo llamado Yonadab, hijo de Simá, hermano de David. Yonadab era un hombre muy astuto, (2 Samuel 13, 3)

  • y le dijo: «¿Qué te pasa, hijo del rey, que te veo cada día más de caído? ¿Por qué no me lo dices?» Amnón le res pondió: «Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón.» (2 Samuel 13, 4)

  • David mandó decir a Tamar, que estaba en su departamento: «Anda a la casa de tu hermano Amnón, y prepárale algo de comer.» (2 Samuel 13, 7)

  • Ella fue a casa de su hermano, que estaba acostado; tomó harina, la amasó y preparó las tortas delante de él. (2 Samuel 13, 8)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina