Found 73 Results for: Sale

  • La espada aguarda al que sale afuera ( ). El que está en el campo morirá a espada, el que está en la ciudad será presa del hambre y de la peste. (Ezequiel 7, 15)

  • Sí, quiero que desaparezcan de ti tanto el justo como el malvado; para eso sale mi espada de su vaina, para castigar a todo mortal, desde el sur al norte. (Ezequiel 21, 9)

  • Y ahora, esto dice Yavé: "¡Ay de la ciudad sanguinaria! Es una olla oxidada y el óxido no sale, vacíala pieza por pieza sin elegir. (Ezequiel 24, 6)

  • ¡Pero no! El óxido está tan metido que no sale con el fuego. (Ezequiel 24, 12)

  • A ti, hijo de hombre, te he puesto como centinela para la casa de Israel, apenas oigas que una palabra sale de mi boca, tendrás que advertírselo de mi parte. (Ezequiel 33, 7)

  • Mi rebaño se dispersó por las montañas y colinas; el resto está disperso por todo el país, y nadie se preocupa o sale en su búsqueda. (Ezequiel 34, 6)

  • Le llegan los dolores de parto y el niño está listo para nacer; mas no sale, pues es un hijo tarado. (Oseas 13, 13)

  • Que escuchen todos los pueblos; que ponga atención la tierra y todo lo que contiene, pues Yavé sale de su palacio santo para declarar en contra de ustedes. (Miqueas 1, 2)

  • Miren cómo sale de su santa morada, bajando y caminando por las cumbres de la tierra. (Miqueas 1, 3)

  • y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo: «Vengan, subamos al cerro de Yavé, a la Casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas. Porque la enseñanza irradia de Sión, de Jerusalén sale la palabra de Yavé.» (Miqueas 4, 2)

  • tus guardias, como langosta, y tus funcionarios como enjambres de insectos que se posan en los cercos en un día de frío. Sale el sol y se van, se despliegan los pulgones, se vuelan y nadie sabe dónde. (Nahún 3, 17)

  • Se detiene, y la tierra se estremece, mira, y se sobresaltan las naciones; las montañas eternas se desploman, las colinas antiguas se derriten ¡Yavé sale como en tiempos pasados! (Habacuc 3, 6)


“Não se fixe voluntariamente naquilo que o inimigo da alma lhe apresenta.” São Padre Pio de Pietrelcina