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Los israelitas, pues, expulsaron los Baales y las Astartés y se pusieron a servir sólo a Yavé. (1 Samuel 7, 4)
Ahora te ruego, mi rey y señor, que escuches mis palabras. Si es Yavé quien te mueve contra mí, que sea aplacado con una oblación, pero si son los hombres, malditos sean ante Yavé, porque hoy me expulsan de la herencia de Yavé, como quien dice: Que vaya a servir a otros dioses. (1 Samuel 26, 19)
Por lo demás, ¿a quién voy a servir?, ¿no eres tú el hijo de David? Como he servido a tu padre, así te serviré.» (2 Samuel 16, 19)
Mas si ustedes y sus hijos después de ustedes se apartan de mí, y no guardan mis mandamientos ni los preceptos que les he dado y se van a servir a otros dioses extraños y los adoran, (1 Reyes 9, 6)
Le pareció poco imitar los pecados de Jeroboam, pues tomó por esposa a Jezabel, hija de Etbal, rey de los sidonios, por lo que se puso a servir a su dios Baal, y se postraba ante él. (1 Reyes 16, 31)
Contestó Elías: «No soy yo la peste de Israel, sino tú y tu familia, que han abandonado los mandamientos de Yavé para servir a Baal. (1 Reyes 18, 18)
Pero si se apartan, abandonando los decretos y los mandamientos que les he dado, y van a servir a otros dioses, postrándose ante ellos, (2 Crónicas 7, 19)
Estableció también las secciones de los sacerdotes en su servicio conforme al reglamento de su padre David; estableció a los levitas en sus cargos de alabar y servir junto a los sacerdotes según el rito de cada día; y a los porteros con arreglo a sus secciones, en cada puerta, porque ésta era la orden de David, hombre de Dios. (2 Crónicas 8, 14)
Josías hizo desaparecer todas las abominaciones de las provincias en que vivían los hijos de Israel y obligó a todos los que se encontraban en Jerusalén a servir a Yavé, su Dios. Y mientras él vivió no se apartaron más de Yavé, el Dios de sus padres. (2 Crónicas 34, 33)
Estableció a los sacerdotes en sus funciones y los dio ánimo para servir en la Casa de Yavé. (2 Crónicas 35, 2)
Holofernes le dijo: «Ten confianza, mujer, no tengas miedo, porque nunca he maltratado a los que se deciden a servir a Nabucodonosor, rey de toda la tierra. (Judit 11, 1)
¿Por qué habría que servir al Todopoderosos y qué ganamos si le suplicamos?» (Job 21, 15)